Finalmente pude conocer el Museo del Hambre. Te invito a que lo recorramos Juntos.
¿Qué es el Museo del Hambre?
Es un punto de convergencia, de encuentro y de reunión; “, una ´unidad del buen vivir´, en la cual podamos compartir experiencias y herramientas para caminar, colectivamente, hacia la realización de la soberanía alimentaria y el buen vivir de nuestros pueblos”.
El sábado 25 de Noviembre fui a conocer el museo con una amiga artista plástica que quiere realizar una muestra de su arte en este espacio.
Llegamos temprano y nos recibieron los brazos abiertos y la amplia y fresca sonrisa de Marcos Ezequiel Filardi.
La energía del lugar es liviana, amigable, alegre, te invita a entrar y sentirte parte del lugar.
Lo primero que me atraparon fueron las imágenes en las paredes (luego me contaron, concurrentes asiduos, que no siempre son las mismas; si hay una muestra, por ejemplo, el Museo del Hambre está ambientado con el arte de quien expone).
En esta ocasión, además del bellísimo mural que ya había visto en imágenes virtuales, habían fotos del viaje de Marcos por África e India del que nos contó en la entrevista de la primer nota que realicé acerca del primer campamento de Soberanía Alimentaria y que me sumergió en recuerdos no vividos de sueños de mi niñez.
Luego, otra de las paredes estaba cubierta de bocetos de retratos que un artista había realizado durante uno de los encuentros en el poco tiempo que duró el mismo.
Estaban las sillas dispuestas y una gran pantalla; todo preparado para la actividad de la noche (la última en ese espacio de este año 2017) de la cual te voy a contar en una próxima nota.
Había una mesa con folletería y revistas todas relacionadas con la temática de las propuestas que se dan en el museo.
 
Museo del Hambre – Cine Debate
También había productos de la cooperativa Iriarte Verde y acá tengo que hacer un parate porque estos son los pequeños detalles que me fascinan:
Cada vez más consciente del entramado y la conexión y de que nos vamos encontrando por vibración, veo que en el lugar donde estaba la venta de los productos, había un listado con el detalle de la mercadería a la venta, los precios de la misma y una cajita con una pequeña ranura bautizada “La alcancía de la Confianza” por una nueva economía basada en la confianza; osea, si querías comprar algo lo anotabas en el listado y colocabas el dinero en la cajita.
Si vos sos, como yo, de los oyentes viejos de la Radio; antes de que fuera Radio Solar, cuando todavía era Radio Chudas y el Espacio de la Radio era el Multiespacio, escuchábamos al Peco contar por Mate Express como, en el Multi Espacio, quien venía a comprar algo, lo anotaba y dejaba el dinero en una cajita. Nadie controlaba.
Todos confiaban en que iban a pagar lo que se llevaban y de paso se fomentaba la autogestión.
Traigo esta anécdota como ejemplo de lo antes dicho: nos vamos encontrando, somos muchos, el cambio ya lo estamos haciendo y vamos por mucho más. Está en juego la salud de nuestros hijos (y cuando digo esto me refiero a todos, no solo los propios) desde hace muchos años ya. Demasiados. Es tiempo de decir basta. De poner límites. De elegir la vida y eso es lo que, para mí, este Museo del Hambre encarna.
Sin banderas políticas, sin fundamentalismos, desde la simple y llana realidad: El hambre debería estar en un museo.
[…]“Porque el hambre es un crimen y las personas que mueren por no tener acceso a una alimentación adecuada son las víctimas de un orden social desigual e injusto.
Porque está en nuestras manos el poder encerrarlo, de una vez y para siempre, en el interior de un museo.
Porque en ese extraño museo podremos tomar conciencia, pensar y actuar, para que el hambre no se nos escape nuevamente.
Y quede allí, recluido, para siempre.
Y nuestros hijos lo visiten.
Y digan:
`Hubo un tiempo en que había hambre en la tierra.
Pero una generación de hombres y mujeres tomó la decisión de encerrarlo en un museo.
Y, después de mucha lucha, lo lograron`.
Porque quizás todo esto no sea cierto.Pero quizás sea profético”.
Cerramos con un “Hecho está” y lo decretamos… Cuanta magia real en este pequeño gran lugar.
(El escrito completo acá: http://museodelhambre.blogspot.com.ar/p/por-que-un-museo-del-hambre.html )
 
Museo del Hambre
En el Museo del Hambre ocurren:
Talleres de huerta agroecológica, plantas medicinales y comestibles, producción y multiplicación de semillas, bioconstrucción, cocina, energías alternativas, construcción de baños secos, control biológico de plagas e insectos, compostaje y recolección de agua de lluvia, evaluación sensorial de alimentos, entre otros.
Intercambios de semillas;
Encuentros de campesinos con comensales;
Mercado sano, seguro y soberano;
Presentaciones de libros;
Charlas;
Cine-debates;
Ciclos “Cocinar, comer, hablar”;
Encuentros de Abogadxs en Red por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos;
Biblioteca popular y comunitaria sobre el hambre, la alimentación y la soberanía alimentaria y
Muestras artísticas.
Al consultarle a Marcos Ezequiel Filardi acerca de quienes crearon el Museo del Hambre y cómo se sustenta (ya que la mayoría de las actividades son libres o gratuitas) él respondió:
“El proyecto del Museo es una iniciativa personal que revoloteaba mi cabeza desde que volví de África en el 2007 y que, ahora (diez años después) pude concretar. Ahora mi idea es colectivizar el esfuerzo con quienes estén interesados en motorizarlo de modo que no dependa de mi.
El espacio es propio y la única vía de financiamiento que admitimos son aportes anónimos y voluntarios de la gente que viene al espacio si quiere y puede”.
Que más, entonces, que invitarte a entrar al blog http://museodelhambre.blogspot.com.ar de este “Museo a Cielo Abierto”, lo visites y, si te resuena, colabores a través de alguna propuesta o de la manera que lo sientas.
Podés también escucharme contar la experiencia en el programa nº 889 de Mate Express a partir del minuto 19:19
Te deseo, como siempre, Buena Vida y nos encontramos en la próxima nota!
 
							
						



 
 



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