Agroecología en La Parcela (Programa del CEDEPO) en Florencio Varela
Vivenciando el primer campamento por la Soberanía Alimentaria experimentando la agroecología
Agroecología – Sector de Semillas
El 19 de Noviembre te compartí la primer nota del Primer Campamento por la Soberanía Alimentaria en La Parcela de CEDEPO Ubicada en Florencio Varela en donde hice foco en contarte, más que nada, de que se trataba CALISA y el por qué del incorporar al campamento dentro de sus actividades.
En esta segunda nota te cuento como fue la experiencia del campamento.
Cómo te adelanté en la primer nota:
“Fuimos alrededor de 40 personas, o un poco más, de diferentes ámbitos y no todos eran de la cátedra o que habíamos cursado alguna instancia de CALISA».
Bueno, llegamos a destino en el micro y de ahí fuimos caminando, no recuerdo cuanto porque fuimos charlando y conociéndonos, pero sí recuerdo vívidamente el olor del basural que tuvimos que atravesar para llegar a La Parcela.
La basura estaba en el camino, entre las plantas, por todos lados.
Cuando le pregunté por este tema a Claudia Rojas me respondió:
“Casi todo Varela, en las zonas rurales, se hacen basurales. Gente de otro lado que viene a tirar ahí; autos robados, quemados, animales, descarte de plumas, tripas de pollo… Al no haber buenos caminos y un sistema de recolección pasa eso. Además de que la gente que no es de ahí no tiene el mínimo escrúpulo en tirarla. La gente de la zona quema, recicla y también se las da a unos carreros que la lleva a un punto fijo donde viene el camión recolector y se lo lleva”.
Osea, no solo todavía muchos no se hacen cargo de su propia basura sino que, además, se la tiran al otro. Como si eso no repecutiera en ellos; creyéndose, todavía, separados del otro.
Aquí la importancia de seguir pulsando una re educación en reducir/reciclar, en la importancia de la separación de residuos y el compostaje. Pero no me quiero ir por las ramas con esos temas de los cuales tenés más info en muchas notas de la web de Radio Solar.
Volviendo: el último tramo del camino ya fue libre de basura y avanzamos hasta encontrarnos con un cartel que decía: “ La Parcela”.
La Parcela es un programa del CEDEPO y su función es ser Centro de Educación, Investigación y Producción en Agroecologia.
En el predio está el Centro de Salud Comunitario (el primer programa del CEDEPO que ahora está a cargo por completo de los vecinos) el cual no pudimos visitar porque ese día atendían los acupunturistas y estaban con todos los turnos tomados, pero pudimos ver el Centro de Salud desde fuera vestido por un hermoso y colorido mural.
Te comparto acá la entrevista realizada a Claudia Rojas donde nos cuenta un poco más acerca de este Centro Ecuménico de Educación Popular:
Reproductor de audio
El predio donde está La Parcela es muy bello; con muchos árboles, vegetación variada y las instalaciones son muy acogedoras y bien distribuidas.
Más tarde nos enteramos que cuando llegaron al lugar, hace más de 30 años, el mismo estaba todo como la zona del basural que pasamos antes: sin árboles y con vegetación seca y predominio de plantas ácidas y que intentaron de varias maneras reconstruir el suelo para hacerlo más fértil sin lograrlo; lo que finalmente les dio resultado, por recomendación de originarios guaraníes, era que plantaran árboles; que al plantar árboles lo otro iba a venir solo.
Me recordó a un pasaje de un libro de permacultura que al pie de una de sus hojas decía: “Waru: una relación complementaria entre organismos. El ´Red Gum´ de la familia de los eucaliptos, provee hábitat seguro para los animales; a cambio, ellos llevan a cabo las necesidades de los árboles de polinización, dispersión de semillas, nutrientes, etc” Del Libro Guía de Permacultura para el usuario de la Tierra de Rosemary Morrow https://es.scribd.com/document/106863948/Guia-de-Permacultura-para-el-usuario-de-la-tierra-Rosemary-Morrow
Cuestión que así fue. El lugar hoy desborda de fauna y árboles por todos lados.
La Parcela – CEDEPO
Nos reunimos en el sector del quincho, al lado de la construcción con adobe y donde se hallaba la parrilla, un horno de barro y un horno chileno.
Allí se presentaron Claudia Rojas,Diana Sena y Ezequiel Wainer quienes fueron nuestros anfitriones del día sábado.
Ezequiel nos contó acerca de las tareas que había para realizar que iban desde sembrar zapallos hasta arreglar un disecador solar.
“Durante la presentación del grupo […] pude deducir que los denominadores comunes de todos eran: aprender, compartir, colaborar con el espacio y/para, luego, comunicar a otros lo aprendido y vivido con el objetivo de seguir generando conciencia”. (Cita propia de la primer nota del campamento)
En el transcurso de la jornada lo que hicimos y lo que no hicimos fluyó orgánicamente en base a las necesidades del grupo.
Si bien en su momento no lo pude ver, hoy, a la distancia, me encuentro comprendiendo que esto sucedió de esta manera porque fueron coherentes con la esencia de CEDEPO y, así como nos contaron que cuando iniciaron, alrededor de 1984, su intención fue la de alfabetizar a traveés de la creación de una escuela con orientación a la agroecología, al escuchar las necesidades de la comunidad, que eran salud y trabajo, pusieron manos a la obra en esa dirección, así sucedió el fin de semana del campamento donde supieron leer las necesidades del grupo y acomodaron la jornada en torno a eso.
El testimonio que me dejara Adriana Vieytes, compañera de campamento, estudiante de CALISA Nutrición y participante asidua al Museo del Hambre, habla un poco de esto:
“Con respecto al Campamento yo vine maravillada por la gente del CEDEPO; por el amor, la solidaridad, el laburo, por poder satisfacer las necesidades de la comunidad a pesar de que no era lo que inicialmente ellos querían hacer que era la alfabetización; por el laburo y la perseverancia que le pusieron para recuperar esas tierras y que La Parcela sea el lugar maravilloso que es hoy; con una biodiversidad increíble, todos los cultivos que tienen… La verdad es que me sorprendieron. Me quedé con ganas de poder cumplir con todas las actividades que habíamos planeado que no se pudo y hubiese sido muy lindo una para dar una mano y ayudar y otra para aprender más; pero bueno. Estamos organizándonos para volver en Diciembre para completar lo que nos faltó. Después en cuanto al grupo que éramos un montón y no nos conocíamos, ¡la conexión fue increíble! La pasé genial, aprendí un montón, a pesar de mi timidez, por separado fui hablando con muchos y me sentí re comoda.
Así que feliz al saber que hay tanta gente que se preocupa por el otro, que se preocupa por la vida, que somos muchos en el mismo camino y eso la verdad que me pone muy feliz.“
La conexión fue hermosa es verdad.
Por otro lado la autogestión en las experiencias que vengo vivenciando y transmitiendo a través de la Radio está siendo un denominador común que me llama positivamente la atención. Las tareas, desde cocinar a limpiar los baños, etc, se iban asumiendo y llevando a cabo sin que haya habido que armar grupos de trabajo ni señalar a nadie.
Estaba implícita la consigna de “Si ves una tarea es tuya” y así fue.
Para las comidas teníamos verduras cosechadas de ahí mismo de la huerta agroecológica de La Parcela y legumbres y cereales de otros productores.
Por la tarde hicimos un recorrido por el lugar y todo lo que vienen trabajando allí desde agroecología hasta tecnologías aplicadas y, de paso, aprendíamos un poco de cada cosa.
Hacia la noche y para la cena habíamos planificado unas pizzas; Bajo la guía de nuestra master cheff Rocío quedé encargada de la salsa y con el dilema de cómo preparar una salsa para pizza sin tener varios de los ingredientes que suelo usar para la misma; así que, luego de la nota, como yapa, les comparto algo que aprendí en una época de mi vida donde la mayor parte de mi alimento provenía de mi propia huerta y que es algo que comparto cuando me contratan familias y/o en otros lugares con huerta propia para ayudarlos a administrarse.
Mientras preparábamos la cena se armó reunión de intercambio de saberes en la cocina; en un momento una de las asistentes al campamento, Belén, tiró la propuesta de hacer algún juego para conocernos.
Mi corazoncito de recreóloga empezó a latir con fuerza y para el momento de los vinos ya estaba coordinando una dinámica de presentación que habíamos diseñado entre todos. Luego del buen comer y del buen beber nos sumergimos en el saber danzar al mejor estilo Sumak Kawsay y sus 13 postulados del Buen Vivir.
Entre los que fuimos había un profe de tango quien nos dio una mini clase.
Tango en La Parcela CEDEPO
Finalizamos con un fogón donde Camila ofreció sahumar a quien así lo sintiera así que allí nos zambullimos muchos, sino todos, bajo el humito sanador de mano de esta bella mujer medicina.
Al otro día la anfitriona pasó a ser Alicia Gonzalez y si para ese momento mis intenciones para/con esta experiencia habían sido colmadas, con Alicia excedió todo lo que podía haberme imaginado. Alicia González es la guardiana de las semillas de la casa de semillas del CEDEPO.
¿Qué decirles? Por mi parte contarles mi experiencia personal que sentía tener frente a mi un espejo de una posible Laura del futuro (o quizá sería mejor decir, de la Laura que quiero ser)…
Escuchar a través de sus palabras y la definición del sentipensar lo que es mi verdad desde que tengo recuerdo.
El confirmarme en mi sentir que enfermamos porque estamos desconectados y que el camino de cuidado de nosotros y la tierra es a través del volver a conectarnos con la Pacha (y digo Pacha y no digo Tierra porque me refiero al concepto de algunas etnias de la cosmovisión andina donde “La Pachamama no es únicamente el planeta -la esfera terrestre-, sino que abarca mucho más. Es la naturaleza que está en contacto permanente con el ser humano, con quien incluso interactúa a través de diversos rituales. Se entiende que la Pachamama protege a las personas y les permite vivir gracias a todo lo que le aporta: agua, alimentos, etc. Los hombres, por lo tanto, deben cuidar a la Pachamama”: https://definicion.de/pachamama/).
Pero no les digo más. Escúchenla en la entrevista que le hice mientras Rocío y equipo estaban comenzando a preparar el almuerzo:
Reproductor de audio
Con Alicia reflexionamos acerca de lo que habla en la entrevista y luego recorrimos los lugares donde se hace la siembra y recolección de semillas.
Al cierre, los organizadores y anfitriones me permitieron regalarles una dinámica de ronda como agradecimiento de la experiencia vivida durante esos dos días. Gracias por eso <3
Nuevamente, como les conté en la primer nota, los invito a participar de alguna de las propuestas de alguna de las tantas cátedras de CALISA en todo el país.
Por mi parte, como dije antes, donde pueda y me resuene participar y colaborar ahí estaré.
CALISA Nutrición – Primer Campamento de Soberanía Alimentaria
Hay algo muy especial que se que no todos tienen la posibilidad de vivir, que es la experiencia de hacer una entrevista en donde tu mirada va directo a la mirada del otro.
Yo tengo la bendición de poder experimentar esto y les puedo asegurar que es maravillosa porque en esa conversación, de alma a alma, no existe partido político ni posición social ni diferencia de género.
Estamos todos desnudos de etiquetas cuando nos miramos a los ojos y, en este caso, con sus matices, por supuesto, todas las miradas que entrevisté son de grandes corazones y si, ya se que estoy siendo trillada con esta definición, pero es que no encuentro otra que concuerde mejor con estas personas que, como muchos de nosotros seguimos y nos renovamos a través de encuentros con gente nueva, en nuestro camino de hacer el cambio.
Porque está en nuestras manos, ¿sabés? En la tuya, en la mia, desde donde podamos, por chiquito que creamos que sea.
Como te digo en la nota de los Ecoladrillos: Si para vos no hay diferencia entre hacer algo pequeño y no hacer nada, hace lo pequeño, entonces. ¿Qué podés perder?
Entre no hacer nada y seguir quejándote y hacer algo, aunque te sigas quejando si querés, ¿no es preferible hacer?
Cierro esta nota con el testimonio de Gabriela Messuti, otra concurrente al primer campamento de Soberanía Alimentaria, cuenta que
“La experiencia me resulto muy rica. Compartir saberes, preguntas, experiencias. Conocer el territorio donde crece el alimento es el comienzo de la red de confianza, sustento fundamental para las propuestas agroecológicas. El grupo fue muy variado y respetuoso. Me quedan ganas de seguir haciendo en red y organizarme para consumir agroecologico en mi cotidianidad”.
Creo que con esto queda en evidencia que el objetivo de CALISA NUTRICIÓN para con su primer campamento se cumplió ampliamente.
Me despido, por ahora, con este campamento hasta una próxima nota donde les cuento acerca de la historia de Emiliano, uno de los niños que participó en el campamento, y de cómo pudo dejar los medicamentos que le venían dando por su problema de salud, al incorporar alimentos de la agroecología en su dieta.
Les deseo hoy y siempre: ¡Buena Vida!
CEDEPO – CALISA – Agroecología
Yapa: Animarse a ser creativ@, salirse de las estructuras y probar nuevos sabores son algunas de las consignas que doy a mis clientes que quieren lograr que la mayor parte de su sustento alimenticio provenga de su propia huerta; entonces, por ejemplo, la salsa para pizza que preparo yo tiene de base zanahoria rallada, cebolla de verdeo, orégano, ají molido, sal y morrón si es verano (si no es época no uso morrón). Y uso una pizca de bicarbonato para cortar la acidez del tomate.
Ahora, ete aquí que la noche del sábado del campamento me encuentro con que, de todos estos ingredientes que necesitaba, no tenía ni morrón (bueno, no era época todavía) ni zanahoria ni bicarbonato.
Miré la abundante canasta de verduras y hortalizas recogidas de la huerta y vi unas remolachas que, hice la relación, son dulces como las zanahorias así que decidí utilizarlas en lugar de las últimas; el tema del bicarbonato fue otra cuestión pero dio la causalidad de que Belén andaba cerca mío cuando expresé en voz alta mi dilema y me dijo:
“Yo no se nada de cocina pero mi abuela usa manzans para cortar la acidez de la salsa”.
Ella creerá que no sabe nada pero después de ese comentario lo dudo ? Cuestión que me dio un truco del que yo no tenía idea así que, a falta de rayador (o bueno, no lo encontré), trocé manzanita sin cáscara y me la jugué.
¡¡Quedó riquísima!!
Luego también preparé salteado de verduras para agregarle a alguna que otra pizza y, junto con Pía, Valeria y no recuerdo si alguien más, que en ese momento no estábamos comiendo harinas, hicimos unas especies de mini pizzas de arroz yamaní pero con arroz integral :-/
Quedaron tipo croquetas pero riquísimas igual. ¿La receta? Acá te comparto una de croquetas de arroz: https://lacocinadelosduendes.blogspot.com.ar/2014/08/croquetas-y-mayonesa-de-zanahoria.html y luego subiré a la web de la radio la receta de pizza de yamaní que solía preparar para las viandas de La Cocina de Los Duendes.
Si estás leyendo esta nota y también fuiste al campamento te animo a que me cuentes cual fue tu experiencia durante el mismo en la parte de Comentarios.
¡Nos leemos en la próxima nota!