La Alimentación, Colores, texturas y sabores
¿Alguna vez pensaste qué papel juegan en nuestras comidas los colores, sabores y texturas?
Lo cierto es que si en nuestras comidas falta alguno de estos tres requisitos no nos sentiremos totalmente satisfechos.
Con las verduras podemos crear un plato lleno de colores. Por ejemplo,
El intenso color de unas zanahorias y brócolis cocidos al vapor, o la fuerza de las calabazas y arvejas o una ensalada de rabanitos, zanahorias e hinojos frescos. El amarillo del choclo, el rojo de los rabanitos, remolachas, tomates, morrones, o el blanco del nabo, cebollas, coliflor, hinojo, un verdadero arco iris!!!
Las combinaciones pueden ser múltiples aunque no siempre es necesario mezclar muchas verduras en cada comida. Cada una de ellas nos proporciona, no sólo color, sino también diferentes cualidades y energías.
Las Raíces nos aportan un sabor dulce, nos dan centro, además dicen que nos dan fortaleza.
Las verduras Redondas, como remolacha, zapallo, zapallito, nos dan dulzor y dulzura, y refuerzan el plexo solar, nos estabilizan y calman
Las hojas verdes, nos dan frescura, liviandad, energía de expansión y distensión, nos dan alegría.
Y también tenemos las Verduras Depurativas como los rabanitos, la remolacha, el alcaucil, los puerros, los champiñones, los nabos, los espárragos, el apio, tan necesarios de tener en cuenta.
Todos percibimos a la hora de sentarnos a la mesa, el efecto que nos produce un plato con variedad de colores en comparación con uno de tonos apagados y oscuros. Mientras que el primero nos estimula el apetito, el segundo lo disminuye.
Una comida con color nos ofrece vitalidad y aumenta el entusiasmo. Necesitamos incluir en nuestros platos variedad de colores de verduras, por supuesto que no todas en una misma comida.
Texturas:
La textura es un factor sumamente importante en nuestra comida diaria, en general no lo tenemos para nada en cuenta. Si todos los alimentos de nuestro plato son de consistencia blanda, segurísimo que al rato nos antojara comer galletitas, o algo crujiente y seco. Algo parecido nos ocurrirá si solo comemos ensaladas crudas, aunque tengan consistencia crujiente, nuestro cuerpo pedirá algo seco.
Y si comemos pizzas sin ensaladas o verduras o alimentos que no aportan un dulce de buena calidad y algo de líquido, seguro que tendremos necesidad de beber o deseos de dulces.
En nuestro plato tenemos que encontrar el equilibrio entre la textura o consistencia húmeda con una seca. Combinar platos crujientes con platos de textura blanda.
Y la forma de cocinar nuestros alimentos tiene un papel importante, podemos optar por diferentes estilos de cocción, salteados, wok, vapor, hervidos, rehogados y así obtener diferentes consistencias o texturas.
Textura crujiente y húmeda: ensaladas crudas, germinados, salteados, hervidas, ensalada de fruta.
Textura crujiente y seca: a la plancha, fritos, cereales, pastas, frutos secos, semillas.
Textura blanda y húmeda, al vapor, horno, presión, cremas y purés, compotas.
Texturas blanda y seca: cocina con cereales, legumbres, horneados, fritos de verduras.
Sabores:
Existen cinco sabores básicos que nutren diferentes órganos de nuestro cuerpo. Y son sabor dulce, salado, amargo, ácido y picante.
Los sabores los encontramos en los alimentos. Es importante incluirlos en nuestra alimentación diaria para revitalizar, equilibrar y regenerar cada parte de nosotros.
El sabor dulce es el que más necesitamos, casi el 85% de cada comida tiene que tener este sabor, dejando el restante para los otros cuatro sabores. Y lo encontramos en las verduras de raíz y en las redondas, también en las frutas frescas, frutas secas, cereales, endulzantes naturales. El sabor dulce tonifica y refuerza el estómago, el bazo y el páncreas. Es un sabor que nos conecta con nuestra infancia, con la leche materna,
Tenemos que aprender a suministrarle diariamente a nuestro organismo el dulzor que necesita pero con alimentos naturales y cocinados de forma sencilla, tratando de que sea un sabor dulce natural.
El sabor salado, es bueno para los Riñones y Vejiga, lo encontramos en la sal marina, sal rosada del Himalaya, salsa de soja, miso, en las algas, alcaparras y aceitunas.
El sabor amargo, fortalece el Corazón e Intestino Delgado, lo encontramos en verduras de hoja verde, hojas de rabanitos, nabos, lechugas, escarola, endivias, alcaucil, hierbas aromáticas secas.
El sabor picante, es bueno para Pulmón e Intestino Grueso. Lo encontramos en ají, mostaza, jengibre, cebolla cruda, rabanitos, puerro, berros, nabo rallado, especias picantes (pimienta, curry).
Y el sabor ácido, beneficia el Hígado y la Vesícula Biliar, hay que usarlo con moderación, y lo encontramos en los cítricos, jugos y ralladuras de limón, naranja, pomelo, mandarina, el vinagre de arroz, de manzana.
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